miércoles, 14 de abril de 2010

Sobre EL ANATOMISTA, de F.Andahazi, versión de L.Casaux

El lunes fui al estreno de EL ANATOMISTA, de F. Andahazi, versión de Luciano Casaux, dir José María Muscari (Teatro Regina-Tsu, mié a domingos)

Las formas de la ciencia
La imagen es pura, esbelta: con notable precisión actoral Alejandro Awada, vestuario neutro, pura palabra encarnada, expone a la platea el núcleo filosófico de aquella ciencia incipiente de un siglo que no podía descartar el alma. Su objeto: la diferencia sexual. La teoría: el semen tiene alma, porque la sexualidad masculina la tiene. El cuerpo (el sexo) del hombre es función del alma. El cuerpo (el sexo) de la mujer, en cambio…

Las formas de la religión
En Rosa Mística, en Los desórdenes de la carne (pueden leerse las reseñas de esas obras en este blog), la cuestión religiosa es política y social. En El Anatomista es pública y sexual, en términos de la más célebre intervención política de la religión sobre el cuerpo femenino.

Síntesis argumental
Italia, siglo XVI. Mateo Colón, anatomista, se enfrenta a juicio inquisitorial a causa de sus estudios y descubrimientos sobre los órganos sexuales femeninos. A través del proceso se vislumbran, fragmentados, los aspectos biográficos del erótico recorrido de su investigación científica.

Las viejas fisuras del sólido patriarcado
Que la mujer sea histórica y persistentemente un objeto y no un sujeto del pensamiento es la base firme, aún vigente, del patriarcado. El hecho de que la mitad de los seres humanos sean mujeres expresa, según este sistema de opresión, una “diferencia” (digámoslo también: jerárquica), no una condición ni una identidad. De cerca, el patriarcado suele ser invisible (no “vemos” la menor paga por igual trabajo, la violencia de género, la discriminación, el abuso), pero en perspectiva nos asombra. La distancia puede ser cultural o, como en el caso de El Anatomista, histórica. Nos maravilla que el “descubrimiento” de un órgano como el clítoris haya sido motivo de escándalo político -bajo pena de muerte- hace cinco siglos, o motivo de censura en un célebre premio literario de una década y media atrás. La diferencia está escrita por los varones sobre el cuerpo de las mujeres: su asombrosa sexualidad sin alma era/es incomprensible, irrepresentable.

De esa incapacidad de representación abreva esta historia, en principio literaria, que experimenta un paso a la escena en la versión de Casaux y Muscari.

La irreverencia
El problema reside, tal vez, en aquella trama histórica, política y amorosa y sus actuales condiciones de representación. La adaptación echa mano de una convención dramática probada (en ciertos casos): el juicio, y lo hace colocándolo en el centro estructural de la representación. Desprendiéndose de las distintas argumentaciones y episodios evocados ante el tribunal, las escenas eróticas, biográficas, narrativas, se suceden e intercalan en fragmentos, con un narrador extradiegético (función duplicada, aunque es la misma: la encarnan sucesivamente Walter Quiroz y Alejandra Rubio y Romina Ricci).

La presencia de este narrador devela, explicita tal vez, los límites dramáticos de ese esquema-juicio. El oponente -el Inquisidor, el gran Grimau- es sólo funcional al recurso, al modo de contar las escenas que interesan, que siempre son las otras. No es un verdadero oponente; de haber alguno, pareciera más bien el tiempo, y la ignorancia.

Conciente de estos problemas, la mano irreverente de Muscari suple la falta de interés estructural con ese sorprendente talento para la sorpresa y la insolencia -a riesgo de anticipar el efecto digo: la escenificación paródica de cantos y fiestas religiosas es, a nuestro presente, lo que la exaltación literaria de un clítoris fue a la señora Amalia Lacroze de Fortabat en 1996.

El Ojo: bonus track
En la planta escénica hay un ojo que, cada tanto, emite (o guarda, o ve) imágenes de video. La realización es del también dramaturgo y director Diego Casado Rubio. Impecable, sutil, erótico, el ojo consume, compite y ciertamente gana en muchos momentos la batalla a la escena que habita a sus pies.

1 comentario:

Ariana Perez Artaso dijo...

Hola Ignacio. Queremos invitarte a la función de prensa de Bypass -Que las cosas sean como siempre debieron ser-, primera obra escrita y co-dirigida por Jimena Repetto.
La cita es este sábado 24 de abril a las 21hs en Espacio Urbano, Acevedo 460.
Esperamos realmente que puedas venir, disfrutar con nosotros y ayudarnos a difundir nuestro espectáculo.
Para contactarnos podés hacerlo a bypassteatro@gmail.com
Y para ver más sobre la obra podés entrar en www.bypassteatro.blogspot.com
Muchas gracias!
Saludos.

Bypass Teatro.