martes, 30 de diciembre de 2008

Sobre los 7 meses del Blog LA DIOSA BLANCA

Esta es la última “entrada” del año de La Diosa Blanca, y en ella podrás encontrar varias cosas:
a) Un listado de las obras reseñadas a lo largo de estos siete meses de comentarios en el Blog. Si te interesa leer alguna de las reseñas nuevamente, podés hacer click sobre el nombre de la obra.
b) Luego del listado, hay cuatro “destacados” (una breve selección reseñas destacadas por algún motivo)
c) A continuación, una lista de “entradas especiales” que no tratan de obras solamente.
d) Y un “bonus track”, al final, de textos personales

Espero que lo disfruten. ¡Que terminen 08 y empiecen 09 de lo mejor!


TODAS LAS OBRAS (DE LA ÚLTIMA A LA PRIMERA)
SANTIFICARÁS LAS FIESTAS, de A Garrote / C León Mora
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, de la Fábrica Inaudita de Sonidos
ALGO DE RUIDO HACE, de Romina Paula
KATHARSIS y EL MALENTENDIDO, en Encuentro Regional de Teatro (NOA)
OPEN HOUSE, de Daniel Veronese (8º año)
COMUNIDAD, de Carolina Adamovsky
CONFESIONES DESPUÉS DE UN ENTIERRO, de Yasmina Reza
MAYORÍA, de Maruja Bustamante
MEDIO PUEBLO, de Martín Giner
GRABADO (Tape), de Stephen Belber
42 cm, de la Compañía Silencio de negras
DOBLE MORTAL, de Ignacio Apolo
DESDICHADO DELEITE DEL DESTINO, de Roberto Perinelli
LOTE 77, de Marcelo Mininno
TERCER CUERPO, de Claudio Tolcachir
FINALES, de Beatriz Catani
RODANDO, de Alejandro Acobino y Germán Rodríguez
ADELA ESTÁ CAZANDO PATOS, de Maruja Bustamante
LOS SENSUALES, de Alejandro Tantanian
LA NOCHE CANTA SUS CANCIONES, de Jon Fosse
LA MÁS FUERTE, de August Strindberg
ELSA, de Jürgen W. Berger
HIJOS DEL SOL, de Gorki
UN HOMME EN FAILLITE / UN HOMBRE EN QUIEBRA, de David Lescot
APENAS EL FIN DEL MUNDO, de Jean Luc Lagarce
SUCIO, de Arengo, Casella, Frenkel, Minujín, Pensotti
LOS ÚLTIMOS FELICES, de Paco Giménez y La Noche en Vela
LA GRACIA, de Lautaro Vilo y Rubén Szuchmacher
MUJERES EN EL BAÑO, de Mariela Asensio
CIELO ROJO, EL SUEÑO BOLCHEVIQUE, de Helena Tritek
LA PESCA, de Ricardo Bartís
EN LA CAMA, de José María Muscari
OTROS TIEMPOS DE VIVIR, de Thornton Wilder
FETICHE, de José María Muscari


DESTACADOS

Aquí reúno algunas reseñas que me gustaría destacar, por distintos motivos. (Para leer la reseña completa, click sobre el título)

1 .Por su carga emocional al momento de pensarla, y escribirla:
sobre OPEN HOUSE, de Daniel Veronese (8º año)
El lunes fui a ver OPEN HOUSE, función celebración de sus 8 años en cartel, a la Sala Beckett Teatro –Guardia Vieja 3556. […]

2. Porque fue una de las obras que más me sorprendió y más disfruté en el año:
Sobre RODANDO, de Alejandro Acobino y Germán Rodríguez
El lunes fui a ver RODANDO, de Alejandro Acobino y Germán Rodríguez, en No Avestruz –quedan sólo dos funciones: el lunes 25 de agosto a las 21 y a las 22.30 hs. […]

3. Porque en mi opinión y la de aquellos que la comentaron, esta es una de las mejores críticas: Sobre ADELA ESTÁ CAZANDO PATOS, de Maruja Bustamante
El viernes fui a ver Adela está cazando patos, de Maruja Bustamante, en el Abasto Social Club. […]

4. Y finalmente esta, porque es de alguna manera el principio de todo (habla sobre Fetiche, de José María Muscari, pero también de muchas cosas más)
Sobre FETICHE, LUNA Y EL FUTURO
El 13 de julio de 2007 a las 21 hs Carolina Álvarez, mi esposa, y yo fuimos al teatro Sarmiento a ver el estreno de FETICHE. Recuerdo un par de detalles de esa noche: recuerdo a Alejandra Menalled, la productora de Los Padres Terribles, caminando […]


ENTRADAS ESPECIALES

Estas entradas, con fecha, no reseñan específicamente obras, sino que son más temáticas. Para leerlas completas, click sobre el título.

1.Sobre LAS FIESTAS y poco más
El miércoles 24 de diciembre a la noche gran parte de la población participa, por lo general en familia, del primero de los dos festejos de cierre de año regidos por la tradición, el mercado y la inevitabilidad […]

2. Sobre LA NOCHE DE LAS LIBRERÍAS: conversación con Tantanian, Gobernori y Paula
El miércoles 10 de diciembre coordiné una Mesa Redonda con Alejandro Tantanian, Santiago Gobernori y Romina Paula; aquí anoto algunas breves impresiones sobre lo dicho, y sobre algunos textos de estos dramaturgos. […]

3. Sobre el CAFÉ DESMONTAJE, en Encuentro Regional de Teatro (NOA). INT
Del 4 al 7 de noviembre asistí al ENCUENTRO REGIONAL DE TEATRO (NOA) organizado por INT (Instituto Nacional del Teatro) en la ciudad de Salta […] El siguiente es un primer comentario sobre la actividad específica para la que fui convocado: el “café desmontaje”. […]

4. Sobre Doble Mortal (ensayo en predio ex ESMA)
El frío domingo pasado a la tardecita (las tardecitas de junio empiezan a eso de las 5) dejamos a Luna con sus tíos A y M y fuimos con Caro al Centro Cultural Nuestros Hijos a ver un ensayo con público de DOBLE MORTAL, de Ignacio Apolo (ja), dirección Diego Rodríguez, […]

5. Rosa Mística en el centro cultural del ex predio de la ESMA
El jueves 12 de junio, a las 19, hicimos una lectura con público de las escenas principales de ROSA MÍSTICA, mi última obra, que co-dirigiremos con Alejandra Ciurlanti. Leyeron los personajes Heidi Steinhardt, Esteban Meloni, Ricardo Bartís, Alejandro Catalán y Mirta Busnelli. […]


BONUS TRACK

Aquí podrán leer algunos textos personales, no referidos a obras ni temas profesionales (salvo los de Cirulanti): un homenaje a mi amigo Diego, un dibujo de Bonnie Browne, tres trabajos con Ale Ciurlanti, y algunas palabritas sobre mi hija Luna (la Diosa Blanca).

1. Diego Embarazado Pilar, 19 de febrero de 2008.Hace exactamente cuatro años y dos meses, el 19 de diciembre de 2003, alrededor de las 14.30 hs, Diego Ernesto Rodríguez manejaba un Ford Escort por Panamericana y, doblando en la bajada del “Village Recoleta” […]

2.Desnudo de Caro y Luna (por Bonnie Browne) Al iniciar este blog, quise elegir una imagen de la Luna para ilustrar la página […]

3.Tres trabajos con Alejandra Ciurlanti (III) TOMA 3. Los padres terribles, 2007 […]

4.Tres trabajos con Alejandra Ciurlanti (II) TOMA 2. Dios Perro, Centro Cultural Recoleta, sala Villa Villa, 2003.Piso 23 de Palermo. Tarde nublada de principios de otoño de 2002. Alejandra […]

5.Tres trabajos con Alejandra Ciurlanti TOMA 1 Casa de Muñecas, Teatro San Martín, marzo 2001.A mediados del año 2000 algo volvió […]

6.Mi hija Luna la pequeña, Luna la bella,Luna, mi hija Luna, […]

7.Y nació Luna Sí, claro. Ahora (y por el resto de mi vida) se trata de esto. […]

8.Cambio de vida La última entrada de este blog fue el 1 de mayo de 2008. Esta es del 9 de junio. Entre una y otra fecha, un poco más de un mes, mi vida cambió […]

MUCHAS GRACIAS POR ACOMPAÑARME DURANTE ESTE AÑO
FELICIDADES.
Ignacio Apolo
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miércoles, 24 de diciembre de 2008

Sobre LAS FIESTAS y poco más

El miércoles 24 de diciembre a la noche gran parte de la población participa, por lo general en familia, del primero de los dos festejos de cierre de año regidos por la tradición, el mercado y la inevitabilidad.

Para todos aquellos que los disfrutan. Para los que los padecen. Para los que recuerdan. Para los que olvidan.

Y sobre todo:

Para todos los que estamos y hemos estado en contacto a través de este blog (este esfuerzo que me enorgullece y me tensa, me nutre y me hiere), vayan mis inevitables saludos.

Navidad
La Navidad me torra. Papá Noel no existe (en el sentido futbolero de la expresión: Papá Noel, ¡no existís!). Tengo decidido decirle de entrada a Luna que Papá Noel es: a) una tradición holandesa b) un cuento de invierno neoyorkino diseminado por el marketing c) una caricatura encargada por la Coca Cola, con sus colores institucionales, en la Gran Depresión del 30, para que no decaigan las ventas d) un empleado temporario, sudoroso y fastidiado, disfrazado con barba y abrigos de piel en pleno verano, en los pasillos del shopping.

Igual no me va a creer. También le voy a decir, con todo el amor del mundo, que Los Reyes somos Carolina y yo, sus padres.

Tal vez eso sí me lo crea. Es lo bueno de los reyes. Hasta la adolescencia, al menos, podemos ser Los Reyes. Después…

Año Nuevo
Pongo una foto de Luna con la cara gorda llena de puré de zapallo. Es la imagen de la abundancia. Su sonrisa, la vida que se abre paso.

Una sonrisa gorda llena de puré de zapallo atraviesa la crisis del capitalismo global y se caga literalmente en ella. Luna nació bajo la nube de humo de los campos quemados. No es responsable del mundo al que la trajimos. Se alimenta de él, y de nosotros. Y les desea a todos, los queridos y los odiados, los rencorosos de siempre, lo gratos y los ingratos, los débiles, los ilusionados, los que se mueven, los que se mueren, los que siguen naciendo, los que crecen, los demás, y nosotros, a todos les desea que el deseo sea.

Una sonrisa gorda llena de puré de zapallo. Que tengan una fiesta feliz.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Sobre LA NOCHE DE LAS LIBRERÍAS: conversación con Tantanian, Gobernori y Paula


El miércoles 10 de diciembre coordiné una Mesa Redonda con Alejandro Tantanian, Santiago Gobernori y Romina Paula; aquí anoto algunas breves impresiones sobre lo dicho, y sobre algunos textos de estos dramaturgos.


El desPROpósito
“¿Tenés idea, flaco, por qué cortaron Corrientes?”, me preguntó el taxista, bajando por Callao como la luna de los locos. “Por la noche de las librerías”, le respondí. “Ah, no sé qué es, pero pensé que era por los 25 años de la democracia, ¿no era por eso?”, contestó el taxista.

Este diálogo tuvo lugar el 10 de diciembre a las 23.30. A esa hora, la librería con más exposición de toda la avenida, Zivals, justo en la esquina de Corrientes y Callao, estaba cerrando. A medio metro, las vallas policiales desviaban el flujo de tránsito para convertir a Corrientes en peatonal. ¿Para qué? Para que “la gente” pudiera recorrer las librerías, que sacarían sus libros a la calle, que permanecerían abiertas toda la noche, que albergarían charlas, debates, mesas redondas, recitales. Una idea demasiado afrancesada, por lo visto, para la pragmática productora que tercerizó la propuesta de la Dirección General de Industrias Creativas del Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires.

A mí me habían convocado para coordinar la mesa redonda “Una perspectiva de la dramaturgia en Buenos Aires” a las 22 hs en el Bar Ópera. A las 22, de la productora no había nadie –solo el sonidista y una chica que lo ayudaba-. Más tarde, cuando ante el ruido ambiente del bar –a pesar de la desolación de sus sólo cinco mesas ocupadas- que nos impedía escucharnos a nosotros mismos Alejandro preguntó si había alguien de la organización del evento…

Tampoco. Se dice que estuvieron, pero de incógnito.

La mesa redonda, en La noche de las librerías, fue organizada en un bar. La calle deshabitada fue cortada para que la gente mirara libros en la vereda, donde no había libros. La librería de la esquina más emblemática cerró sus puertas en su horario habitual. Y el evento entero, un evento cultural que debería tener peso e identidad propios, fue organizado el mismo día que el/los actos de los 25 años de la postdictadura.

El Tantanian de Los Sensuales y aquel de La Escala Humana
El Tantanian a mi izquierda en la mesa redonda era aquel de Los sensuales (se puede leer el comentario sobre esa obra, haciendo click en http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/08/sobre-los-sensuales-melodrama-de.html ). En la reseña, hablaba del gran arco que recorre el espacio/tiempo entre la lejana Juegos de damas crueles y su presente, con imágenes y tópicos recurrentes que adquieren ahora la forma de la madurez. “Juego de damas crueles” fue su respuesta, su chiste y su verdad, a mi pregunta sobre el lugar común, de convergencia obligatoria, de los dramaturgos de las generaciones posteriores: “¿vos no tenés tu obra de familia disfuncional?”

Recorrer la vasta obra de Alejandro en pocas palabras es imposible. El dramaturgo fue muchos años actor del grupo El Periférico de Objetos, es cantante y su veta actoral, charlamos, encontró el mejor carril expresivo en sus espectáculos musicales. Es director, del modo en que los dramaturgos de los últimos veinte años son directores, y también del modo en que los directores de todos los tiempos han sido directores. Es docente, y había sido docente de los otros dos. Y agente cultural del agradecido “Festival del Rojas”, que Gobernori ponderó y añoró, porque no existe más [el "Festival del Rojas" fue creado por Rubén Szuchmacher en 1998, y fue importantísimo en el inicio y la trascendencia de obras de las nuevas generaciones. Yo, personalmente, estrené allí "La historia de llorar por él", y "Genealogía del niño a mis espaldas", que es, a su modo, un homenaje a dicho maestro].

Como nota personal, aquello que agradezco haber conversado en la hora y media de reunión: la reflexión artística, estética y autobiográfica sobre La escala humana y la poética de los años 90. La obra en colaboración con Javier Daulte y Rafael Spregelburd. El humor. La parodia. La identidad.

Breves reflexiones sobre la pieza inédita Chalet y la celebrada Algo de ruido hace
La última reseña de este blog fue sobre Santificarás las fiestas[i], una obra que “cristaliza el paradigma temático de lo disfuncional como norma”. En cierto sentido, no hace falta buscar mucho en las obras de dramaturgos jóvenes de los últimos años para encontrar los signos recurrentes de lo que la crítica periodística llamaría “familia disfuncional”, criterio de reunión (la agrupación en categoría) y de atributo (familias hay en todo el teatro de todos los tiempos, y su disfuncionalidad depende de lo que se espere de ellas) que fue muy discutido, y desechado en la mesa.

No obstante, la dramaturga y directora Romina Paula me había enviado para leer un muy interesante texto inédito y no estrenado, Chalet, que bien parece confirmar hasta el punto crítico en el que el género se tuerce y su dirección cambia, el tópico. Es una familia “típica” (madre, padre, hija, hijo) y son monólogos separados, interrelacionados. Lo que cuentan, en un lenguaje que oscila entre la conciencia poética y la más desvinculada chatura, es dis-tópico: el joven se queja de que la hermana lo empujó y lo hizo caer sobre la cortina del baño, la madre, negadora, no dirá que está postrada en silla de ruedas, pero su hija describirá, con asombrada neutralidad, que por algún motivo inexplicado, la madre atravesó el cielo raso y cayó en el piso de la cocina, rodeada y bañada de escombros y polvo de yeso –similar a la resina con la que una famosa gimnasta evocada se frota las manos antes de hacer sus destrezas.

Puede leerse en este blog la reseña sobre la obra de R. Paula Algo de ruido hace haciendo click en http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/11/sobre-algo-de-ruido-hace-de-romina.html

El pronombre “algo” en Gobernori y preferir la muerte con dolor
Al terminar la mesa redonda, le dije a Santiago Gobernori: toda obra de Gobernori que se precie contendrá, en sus primeras escenas, un texto de un personaje que declarará que prefiere morir.

Y la continuación le cité las siguientes perlas:

El personaje de Quique en Algo Descarriló dirá, ante la perspectiva de un tacto anal perpetrado por un médico que otrora fuera amigo de la infancia, en la página cuatro dirá: “No sé si hacerme el tacto anal o cortarme las venas con los dientes”. Y reafirmará en la misma página: “Siento una molestia. Espero que no sea grave porque me tiro abajo del tren”.

En su obra Las riendas, directamente en la primera página, ante la reflexión de Marga respecto de las convenciones (“a veces siento que las convenciones matan al hombre, el hombre no es un animal que se adapte a las convenciones”), Delia responderá: “sin las convenciones me ahorco en el baño a la semana”.

Fiel a Gobernori, su personaje de Karina, en Reproches constantes, dirá: “Y si no me mato es porque simplemente no me animo y además no termino de saber qué forma de suicidio sería menos dolorosa y traumática”.

Y el Fernando de Deus Ex Machina: “No sirvo para nada. Soy un fracaso. Me quiero matar…”

El pronombre “algo” encierra algo. Algo de ruido. Algo innombrable, algo para lo cual las nuevas (y las viejas) generaciones se esfuerzan en producir dramaturgias, acontecimientos escénicos. Algo que alude a algo que alude a algo que sabemos que sería importante, pero que si fuera nombrado…

Algo descarriló fue escrita y dirigida por Santiago Gobernori con motivo del Ciclo Nuevos Dramas Argentinos, organizado por el Centro Cultural de España en Buenos Aires en 2005…


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[i] Click en : http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/12/sobre-santificars-las-fiestas-versin.html

martes, 9 de diciembre de 2008

Sobre SANTIFICARÁS LAS FIESTAS, versión libre de Andrea Garrote de textos de Concepción León Mora


El viernes fui a ver SANTIFICARÁS LAS FIESTAS, versión libre de Andrea Garrote de “Amor perfecto de dos paraguas disfuncionales” de Concepción León Mora. En El Kafka, última función.

Upon all the living and the dead
La nieve cae para siempre “lentamente”, en la imagen final del Joyce de Los muertos[1], “como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y los muertos”.

La blanca nieve igualadora, la pálida muerte, es lo que perdura al final de la vida y al final de la fiesta. El inolvidable relato de Joyce narra con pudoroso detalle una celebración recurrente (la misma fiesta que año tras año las ahora ancianas hermanas Morkan ofrecen) y su final solitario, nocturno, cuya epifanía revela, más que la enceguecedora luz de la revelación, el pálido resplandor de la nieve en una noche sin luna.
Me pregunto qué son los mandamientos hoy, cuando no un hay Dios pendiente sobre nuestras cabezas. Qué significa “santificar”. Qué es una fiesta.

No hay mucho tiempo para preguntar, porque se acercan, fatalmente, nuestras fiestas. Y las fiestas, siempre, siempre, son un sacrificio familiar que cae sobre todos los vivos y los muertos. El lugar vacante de Dios es repartido igualmente en familia en dos sitios: el mandamiento y el altar del rito. Porque en las fiestas aún rige la religión primitiva (incluso en su negación); la de la abundancia paradójica del sacrificio, la invocación (tácita o explícita) de los que se han ido, y la iniciación celebratoria de los que llegan –y lo escribo mientras la pequeña Luna, que tuvo tos toda la noche, duerme en su almohadón redondo junto a mí y se recupera; pronto tendrá sus primeras fiestas, pronto será celebrada y acurrucada entre “los suyos”, a la sombra de aquellos que ya no están, junto a quienes alguna vez se habrán ido.

Santificarás las fiestas pertenece al ciclo “Decálogo: Indagaciones sobre los 10 mandamientos”, producido por el Centro Cultural Ricardo Rojas.

Sobre los Diez Mandamientos
Moisés, fundador de la religión judía, guía a través del desierto al pueblo hebreo liberado de la esclavitud en Egipto hacia una tierra prometida por un Dios que aún no terminan de aceptar. Adoradores del becerro de oro, deberán, ante todo, aceptar al Dios único y renunciar a la idolatría. El primer mandamiento, que muta de forma y contenido en las versiones y religiones emanadas de estos mitos, habla de esa suerte de fidelidad. Este mandamiento inicial fue trabajado por la obra La Gracia, de Lautaro Vilo, dirigida por Rubén Szuchmacher (su comentario puede verse en este blog, click en: http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/06/sobre-la-gracia-de-lautaro-vilo-y-rubn.html
El tercer mandamiento, comúnmente conocido como “santificarás las fiestas” en el Catecismo de la Iglesia Católica, se relaciona con el cuarto de las religiones protestantes y (también el cuarto) de la observancia del Shabat en la tradición judía. Sobre este mandamiento cuyo verbo nos resulta “extranjero a la boca”, según palabras de la propia directora, trabaja esta obra.

La conversión de dos paraguas en una celebración
Sí, tanto forma como contenido de este 3º/4º mandamiento son extranjeros al orden contemporáneo. Ningún ritual religioso perdura con la vitalidad suficiente, fuera de las comunidades y colectividades religiosas, como para ayudarnos a comprender el sentido de este mandato, puesto que su observancia ya no es cuestión de vida o muerte como pueblo, como unidad nacional en el exilio o como unidad política frente a la disolución.

Forzada por la obligación de iluminar el Decálogo, la directora toma la historia de encuentro vincular del original de la mexicana Concepción León Mora y le cambia el foco: el punto de atención se desplaza (en parte) al rito –y allí radica el aspecto más forzado de la obra– y en parte al mandato –y allí radica un aspecto más logrado: el de la felicidad obligatoria. Ni el texto ni la estructura de la obra hablan sobre una fiesta, sino sobre la disfuncionalidad como norma de la vida familiar, y la esperanza (arquetípicamente frustrada, pero estructuralmente necesaria) puesta en lo exogámico. La obra no es otra cosa que el encuentro del (elemento) extraño en el núcleo familiar, que lo torna o lo devela extraño.

La síntesis del argumento podría expresarse así:
Una mujer que espera en vano bajo la lluvia la llegada de taxi boy que contrató para acompañarla a la cena familiar (¿de navidad, de año nuevo?) termina invitando a un desconocido. En la casa son recibidos –para una cena o celebración- por su hermana bulímica y su tía que, entre otras cosas, ve y escucha al fantasma de su hermana muerta.
Del título original Amor perfecto de dos paraguas disfuncionales, perdura lo argumental; el Decálogo sólo se hace presente en forma nominal. La fiesta parece ser una excusa externa, un asunto formal de producción de Ciclo. Sin embargo, el desplazamiento, exterior y aparentemente arbitrario, de una historia de amor en una indagación mística pone en marcha un imaginario sobre la/s fiesta/s que nos es propio.

La disfuncional imagen de lo nuestro
Lo curioso de la reunión de una hermana anoréxica que padece agorafobia[2], una gorda que contrata prostitutos para que finjan ser sus novios, una tía entabla relación con el fantasma de su hermana y el (también bizarro) elemento extraño –pseudo poeta que ocupa el lugar del taxi boy ausente– es que configura, casi instantáneamente, un paisaje familiar. La reunión es disparatada; no obstante, a esta altura de los milenios, la sentimos propia. Mirémoslo en una breve perspectiva histórica.

¿Qué habría hecho una obra sobre la santificación de las fiestas 20 años atrás? Lo mismo que la publicidad de hace diez: habría pintado en forma costumbrista al tío rico que se pone en pedo y cae víctima de su fragilidad emocional, a la madre histérica, la cuñada exótica, las trenzas familiares, el vittel toné, la nona (aún existente por aquel entonces), los niños quilomberos y el Papá Noel con naftalina, vaciado de significado. El teatro habría tomado elementos de la amplia tradición del grotesco para hablar de la decadencia social y política de una clase media pro-milica. En los 90, en cambio, habríamos quizás compuesto el mismo cuadro, con un Papá Noel cocainómano y un policía bizarro que irrumpe en la fiesta bajo la sospecha de que se ha cometido un crimen: el policía se habría enamorado de la nena (con amor correspondido); la obra sería ácida e irreverente y todos habrían terminado comiendo el lechón, sin saber en realidad de qué estaba hecho…

Ahora, en las postrimerías de la década-milenio, todo es directamente disfuncional. Lo vemos en ésta y en otras obras. Dos hermanos quedados en el tiempo, con serias diferencias de “tiempos” mentales, reciben a su prima tras la muerte (misteriosa) de su madre, en Algo de ruido hace (http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/11/sobre-algo-de-ruido-hace-de-romina.html ), el fantasma del padre es el duende de la siesta, pero además es un travesti, y su muerte se atribuye a un acto sadomasoquista perpetrado por el hijo gay, hermano de las princesas lesbianas, hijo de madre puta y sobrino de tío violento, en la interesante reescritura de Hamlet Adela está cazando patos (http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/08/sobre-adela-est-cazando-patos-de-maruja.html ), y, por supuesto, la madre patológicamente inmadura, incapaz de asumir su rol, que tiene hijos de distintos padres, una abnegada, otro violento, el último débil mental, viviendo bajo el dominio de la abuela regente, en La omisión de la familia Coleman. La contundente serie se cristaliza, eterna, en esta Santificarás las fiestas de fin de década.

El nuevo paradigma de actuación
La obra no solo cristaliza el paradigma temático de lo disfuncional como norma. El nuevo paradigma de actuación también se consolida. Es la actuación por cambio de ritmos e intensidades, no por imitación del comportamiento humano.

El trabajo de Alejandro Zingman es el mejor ejemplo en términos técnicos: ralenta las frases, contiene la respiración, detiene la mirada, apachurra consonantes, declama. No hay emociones provocadas al viejo estilo del “método” (sobre modelos de actuación de ese estilo, aún vigente, pueden verse trabajos canónicos –y notables- como el de Beatriz Spelzini en la obra Rose, de M. Sherman dirigida por Agustín Alezzo http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/08/sobre-rose-de-martin-sherman-dir-agustn.html ); no hay cuerpos evocando y reconstituyendo lo emocional. Hay puro ritmo modificado que sin embargo, a diferencia de las indagaciones experimentales de quiebre por interferencia, redundancia y reiteración, no deja de ser orgánico.
Como punto de observación del contraste vale destacar el único “momento emocional”, interpretado en términos de la vieja escuela, en toda la obra: el “andate” de la Gorda, de inmediato desarticulado por la intervención hilarante de la tía, en apoyo a esa decisión (la de echar al nuevo novio de la fiesta).

Lo interesante es que se produce, de otro modo, una verdad. Una verdad escénica que no refleja la realidad pero tampoco la sacraliza, como las vanguardias y las indagaciones actorales, que en el intento de deconstruir, provocan en el público el deseo contrario de regresar al modelo.
Este paradigma de actuación, presente en la mencionada obra de Romina Paula, en muchos momentos del Tolcachir de La omisión y en algunos del de Tercer Cuerpo ( http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/08/sobre-tercer-cuerpo-de-claudio.html) , en la última obra del maestro de todos ellos, Ricardo Bartís (http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/06/sobre-la-pesca-de-ricardo-barts.html) , y en menor medida, en fragmentos de Lola Arias y del sabio Veronese en su precursora Open House (http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/10/sobre-open-house-de-daniel-veronese-8.html ), provoca una verdad y organicidad escénica cuyos códigos están en el escenario independientemente de cualquier virtud de reflejo o reflexión sobre lo real.

Una era que se constituye sobre la naturalización de lo virtual (en espacios vinculares y en redes auto organizadas), bien puede desentenderse escénicamente de un modo único de lo humano: aquel modo en el que prevalece la imitación/reproducción del “comportamiento”, para iniciar el camino que no quiebra, sino que despliega, la amplitud orgánica del cuerpo presente.
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[1] “The Dead”, en Dubliners, James Joyce. 1914
[2] Fobia al mundo exterior o miedo a los espacios públicos

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sobre QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, de la Fábrica Inaudita de Sonidos



El viernes fui a ver QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, de Fábrica Inaudita de Sonidos, al Complejo Cultural Cine Teatro 25 de Mayo .

El signo cambiante del cielo y los infiernos
Que estás en los cielos es un espectáculo musical, visual, coreográfico. Es, también, un fragmento de la vieja versión de un rezo católico, el Padrenuestro, que solía ser introducido por el cura durante la misa como “la oración que Jesús nos enseñó”. Se iniciaba, al menos en las memorias de mi infancia y mi adolescencia, tomándose uno de las mano con quien fuera que estuviere allí, en los largos bancos de madera de la iglesia, y sin señal de la cruz ni mayor ceremonia, se decía: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”. Etc.

Así se dijo hasta hace relativamente poco tiempo (muy poco en relación con la edad de la Iglesia). Ahora, hasta donde sé, se dice “en el cielo”.

El Dios Padre está en el cielo, uno solo. Único. Singular (a pesar de la Trinidad y su sangrienta historia). Los cielos, mitológicos, diversos, poéticos, plurales devienen el cielo, prístino, celeste y blanco como la patria. En todo caso, la obra de la Fábrica Inaudita de Sonidos toma la tradición y no la palabra bendecida. Que estás en los cielos es aquello que ya no es, aunque no lo sepamos: fragmento fósil de un signo que persiste pero cuya potencia performática se ha perdido[i].


Un relato de la creación y la creación del relato tecnológico
El discurso místico que se proyecta desde el título sobre las imágenes, sonidos y movimiento -y las organiza- es reforzado por una cita apócrifa que encabeza el programa de mano: “En el principio la tierra era informe y desierta y las tinieblas cubrían el abismo. Entonces apareció la luz revelando las sombras…” Encabezado típico de las cosmogonías, con gramática obligada de tinieblas, luz, principios, tierra, abismo y sombras, el marco invita a leer la obra en esta clave. La sombra y la luz son el principio constructivo (incluso literalizado: en gran parte, Que estás en los cielos es un espectáculo visual de teatro/danza de sombras). La luz, la sombra y su entonación remiten a lo primitivo. No obstante, el abrumador (y notable) sonido, las proyecciones y los efectos de iluminación son nítidamente explícitamente- tecnológicos. Esto provoca una contradicción interesante, en cierto sentido irresoluble. El relato tecnológico no condice con el atávico, las reminiscencias se chocan, lo superpuesto se corre y se yuxtapone. En la mejor versión del espectáculo, lo aparentemente simple, elemental como la tierra y el aire, deviene “tecno”, o informático: el cuerpo se hace superficie proyectada y se sale de sí –las pantallas devienen objetos vulgares que pueden arrojarse y las supuestas sombras proyectadas quiebran la lógica física de la proyección-. En la peor versión del espectáculo, la exigencia de pericia formal del mundo tecnológico, su intrínseca incapacidad de error, se ve superada por lo humano, que es un cuerpo real, contingente, en vivo. Es ese pequeño error en el enunciado, que parece irrelevante y permanece oculto, pero que termina por dominarlo todo : “mundo de ensueños sonoros y visuales humanamente intervenidos”… El ensueño es lo humano. Lo humano humanamente intervenido no se resuelve.

Elogio de la sombra
La sombra es la ceguera paulatina en los poemas borgeanos, algo que ya no se teme porque va aconteciendo, indeclinable, como la vejez. Es intrínseca y opuesta a la luz: es su Yin, su otra parte oscura, un punto de sombra que también está allí, en el medio del fulgor.

La sombra es la fuga de Peter Pan. Es la sombra de lo inconsciente, lo relegado a la oscuridad, a lo profundo. Es el arquetipo de lo olvidado y silenciado que, sin embargo, nos pertenece.
La sombra es la Tierra de Mordor de El Señor de los Anillos, donde el poder del Único atará a los hombres en las tinieblas. Es la sombra terrible de Facundo, evocada por Sarmiento “para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas”.

La sombra es la genial idea de Ursula La Guin, la mayor de todas: aquello cuyo poder destructivo solo se podrá vencer cuando, como Próspero y Calibán, como el Dr. Frankestein y su criatura, como todos nosotros un instante antes (o después) de dormir, decía, terminemos por aceptarlo como propio.


Y lo masculino
Finalmente. La sombra es por lo general asociada al mundo femenino. Es el antiguo territorio uterino, poblado de silencios. Las imágenes de Que estás en los cielos, no obstante, son todas masculinas (no recuerdo ninguna, excepto la de una escultura femenina de cementerio, que no fuera masculina). Que estás en los cielos es el mundo del padre, el de la pelea, el de la presa en la jaula, el cazador furtivo, el cuerpo (justo) a mitad del camino.

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[i] Y los infiernos, en plural… El Credo, la oración-manifiesto de la Iglesia Católica, su creer o reventar, habla del Cristo que “descendió a los infiernos”, un concepto que no equivale, sospecho, al lugar de tormento regido por Satanás sino a aquella región ad inferias, a la muerte misma como territorio… El plural, convengamos, sigue siendo mucho, mucho más bello.