El viernes fui a la despedida de Néstor Kirchner a la Plaza de Mayo, durante el duelo y velorio del ex presidente. Ya volví a casa, pero no del todo. Tanto compartir momentos, no puedo desde este blog dejar de hacerlo. No se trata de una reseña de una obra de teatro, pero sí de un arte de cuerpos y sentidos. Mi homenaje a todos será breve.
El cuerpo y la convocatoria
En una entrada de facebook una joven escribió “Si Néstor estaba vivo y convocaba a la plaza hoy, yo no iba. ¿Por qué? Con él muerto, fui”. Y luego sigue una hermosa reflexión sobre ese ir, sobre ese convencimiento (la pueden leer haciendo click aquí). Sus primeras dos líneas, para mí, resumen en un haiku dialógico todo lo que puedo decir sobre los protagonistas de este tiempo. Una joven que no tenía ni 20 años cuando Néstor asumió comprende y siente el tiempo y el momento, y se convoca.
Era la hora del silencio de los líderes, de los gobernantes y del tiempo. La hora en que los cuerpos de a pie dicen nosotros estamos aquí.
Era la hora del silencio de los líderes, de los gobernantes y del tiempo. La hora en que los cuerpos de a pie dicen nosotros estamos aquí.
Síntesis argumental (e-mail a una amiga española)
(miércoles/jueves) “Estoy triste hoy, como hace mucho que no. La muerte resignifica la vida. Y la vida resignifica la muerte. Y este triste país que te costaría tanto comprender y que sin embargo es tan sencillo, se resume en lo que está sucediendo hoy, y en lo que sucedió este año, y en lo que sucedió esta década. Un bicentenario que no es nada hasta que miles y miles salen a la calle bajo la lluvia y el frío y arman una fiesta para celebrarse como pueblo, en las mismas calles de la manifestación, de la piedras, el humo y la muerte de tan solo 9 años atrás; un corazón estalla y significa mucho más que lo que su portador sencillamente era. Hay una actitud y mucho para pensar. Por ahora, para sentir. Mientras nuestro vientre cobija vida, y seguimos.”
(miércoles/jueves) “Estoy triste hoy, como hace mucho que no. La muerte resignifica la vida. Y la vida resignifica la muerte. Y este triste país que te costaría tanto comprender y que sin embargo es tan sencillo, se resume en lo que está sucediendo hoy, y en lo que sucedió este año, y en lo que sucedió esta década. Un bicentenario que no es nada hasta que miles y miles salen a la calle bajo la lluvia y el frío y arman una fiesta para celebrarse como pueblo, en las mismas calles de la manifestación, de la piedras, el humo y la muerte de tan solo 9 años atrás; un corazón estalla y significa mucho más que lo que su portador sencillamente era. Hay una actitud y mucho para pensar. Por ahora, para sentir. Mientras nuestro vientre cobija vida, y seguimos.”
Bicentenario y funeral y nacimiento
Luna Apolo Álvarez nació en abril de 2008 y a los pocos días una nube de humo de campos quemados se extendió sobre Buenos Aires. Luna creció y se hizo niña, para emoción y felicidad de todos. Y esta tarde de lluvia y despedidas duerme su siestita tranquila.
Para 2011 esperamos (esperanzados) otra vida.
Luna Apolo Álvarez nació en abril de 2008 y a los pocos días una nube de humo de campos quemados se extendió sobre Buenos Aires. Luna creció y se hizo niña, para emoción y felicidad de todos. Y esta tarde de lluvia y despedidas duerme su siestita tranquila.
Para 2011 esperamos (esperanzados) otra vida.
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